martes, 4 de diciembre de 2007

Síntesis de un día cualquiera.

El día domingo, es día en el cual voy a casa de mi novia a visitarla y por consiguiente a toda su familia. Luego de haber hablado y compartido con todos aquel día, llegó el momento de despedirme y volver a mi casa.
Al momento de llegar al portón de la casa, y posterior a los besos de despedida de rigor, mi novia me recuerda que debo tener, por las dudas, mil guaraníes para el camino. ¿Qué es eso? Es algo que los paraguayos denominamos "peaje" y consiste en tener algo de dinero en el bolsillo por si un asaltante sale en tu camino y te pide dinero. Generalmente con ese "canon de libre circulación" lograrías llegar tranquilo a tu casa.
Ahora, analicemos esa situación. Por supuesto que mi novia me previno sobre el potencial inconveniente de que ocacionalmente pueda salir frente a mi algún malviviente. Por ese punto, es positivo pues por lo menos se medita la prevención en uno de los dos. ¿Cuál es el lado negativo? Que la actitud de ella, y la mía en ese momento no es más que mera resignación ante un sistema imposible de cambiar de buenas a primeras.
¿En qué cabeza cabe que uno tenga que pagar una suerte de "impuesto al tránsito" a alguien que es el reflejo más paupérrimo de una sociedad en decadencia? Pues en la mente del resignado.
En los países latinoamericanos la vida cuesta cada vez menos. Para que se hagan una idea, mil guaraníes es menos de la mitad de un dólar. Por supuesto que morir por no pagar eso es igual de ridículo y sin sentido que pagar. La vida vale menos de un dólar.
Uno piensa "¿y el gobierno?". Otro responde: "Está graaaande ya" como intentando ser kachiai (vocablo guarani que significa "simpático") y ver el lado amable al asunto.
Lo cierto y concreto es que la sociedad se muestra cada vez más en decadencia y está cada vez más sumida en su propia pobreza. Pobreza de ser, de espíritu, de capacidad de acción.
Depende al fin y al cabo de cada uno de nosotros que la situación cambie. No depende de ser de izquierda, derecha, centro, arriba, abajo o lo que sea. Depende de la calidad de personas que queramos ser y de que nos esforcemos para lograrlo. Se trata de querer un país mejor, una sociedad mejor y de querer construir un futuro.
Se trata, en suma, de cambiar la situación porque sí desde la propia familia y dejar de pensar que algún día va a llegar un mesías.

El Rol de la mujer en la sociedad.

El Paraguay, es considerado históricamente por todos nosotros como una tierra que brindó todo tipo de figuras heroicas o de gran trascendencia para su devenir, como así también personas que no han sido gratas a la vida social, política y económica del país.
Dentro de toda esta variedad de seres que convivimos a lo largo de la historia, los paraguayos nos tomamos, mas de una vez, el atrevimiento de separar a dichos personajes en hombres y mujeres como si de esa manera pudiéramos ganar peldaños en la escalera de la historia, haciendo una casi irracional diferenciación de género a sólo fin de que los hombres podamos decir “nosotros logramos más cosas a lo largo de la historia que ustedes las mujeres” e incluyamos posteriormente alguno que otro chiste “machista”.
Señores hombres machistas, amigos míos en muchos caso, les comento que cantidad no es precisamente calidad.
Si bien los hombres alcanzamos a tener en muchos casos cargos más “representativos” que las mujeres, eso no quiere decir que lo hagamos bien o que aquellas no cumplan roles protagónicos en la sociedad. Para hablar con ejemplos le pregunto, señor, ¿cuál es el rasgo más representativo de la cultura paraguaya? Le respondo: es el guaraní; y ¿quién fue aquella persona que inculcó a los niños de antaño tan prodigioso rasgo de nuestra paraguayidad? Le vuelvo a responder: fue la mujer.
Prosiguiendo con los ejemplos, situándonos en el periodo de la historia comprendido a finales del año 1868, en plena guerra contra la Triple Alianza, fue la mujer quien actuó de verdadera “Mesías” de la sociedad paraguaya en diversos aspectos de ésta; fue sostén de la familia, educadora de los hijos, guerrera en campaña, enfermera, agricultora, ganadera, jefa de casa, empresaria, negociadora, etc, etc, etc,.
En otro punto, al término de tan horrendo fausto de nuestra historia, la mujer se constituyó en la jefa del hogar, el padre y madre, la educadora. Construyó escuelas y buscó el progreso de la sociedad paraguaya y no por eso buscó protagonismo. Nunca buscaron ser famosas, millonarias o excéntricas, simplemente buscaron ser paraguayas y crear un nuevo Paraguay.
Viniendo a los que compete a este siglo en particular, cuando la Guerra con Bolivia se desató, la mujer también fue al frente de batalla constituyendo un pilar fundamental en pro de la defensa del Chaco Paraguayo, nuestro Chaco, ese Chaco que también ellas vieron ser violado y que terminaron por reivindicar.
Hoy, miles y miles de mujeres viajan lejos de la tierra que las vio nacer. Lo hacen por la familia que dejan atrás, para que ellos también tengan derechos. Lo hacen porque saben que alguien tiene que hacerlo y no desea para su familia, la carencia que ella está viviendo. Lo hace porque tiene la perseverancia única de un ser que deja todo por la vida de los demás.
Es sumamente importante que lleguemos a comprender que la mujer cumplió un rol más que fundamental en la sociedad paraguaya a lo largo de la historia de nuestro país. Si bien no tuvo el protagonismo de alguno que otro representante del género masculino, la mujer supo defenderse ante la adversidad y salir adelante pese a todo.
No se puede negar a las mujeres su derecho a la grandeza histórica que se merecen realmente. La sociedad paraguaya sigue siendo tal gracias a ella, a la trabajadora, a la estudiante, a la docente, a la mamá, a la hermana, la esposa, la novia, en fin, a la mujer paraguaya.
Usted, amigo machista, pensará que yo quiero demasiado a mi mamá y por eso escribo todo esto sobre la mujer. Pues le digo una cosa, usted debería dejar de ser tan malagradecido con la vida y recordar que una mujer lo hizo. Si tiene por algo “defectuoso” a la mujer, si usted nació del vientre de una de ellas, gracias a la maravillosa lógica, usted también es defectuoso.
Le conviene no pensar en sí mismo y pensar, saber, entender, que la mujer es un pilar fundamental en la vida de los seres humanos. Si usted no puede entender eso, pregúntele a su mamá, que con cariño le hará comprender.Que tenga un buen día. Saludos a todas las lectoras.